Los trastornos psicosomáticos se caracterizan por ir acompañados de una enfermedad física que es causada o exacerbada por elementos psicológicos.
Los síntomas físicos no son simulados por la persona que lo padece y las exploraciones médicas no encuentran causa médica para estos síntomas.
En el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se especifican diferentes tipos de trastornos de síntomas somáticos, entre los que encontramos:
Preocupación por padecer o contraer una enfermedad grave. En este caso no existen síntomas somáticos o, en caso de existir, son leves. Puede presentar un comportamiento excesivo de observación del propio cuerpo para ver si existen signos de enfermedad o puede presentar evitación, como no ir a las revisiones médicas por miedo a que le diagnostiquen alguna enfermedad.
Estas personas presentan uno o más síntomas de alteración de la función motora o sensitiva voluntaria, sin que los hallazgos médicos puedan encontrar relación con afecciones neurológicas o médicas. Los tipos de síntomas pueden ser: debilidad o parálisis, síntomas del habla, deglución, ataques o convulsiones y anestesia o pérdida sensitiva.
Presencia de uno o más síntomas somáticos, acompañados de pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos relacionados con los síntomas o asociados a la preocupación por la salud.
Que influyen en otras afecciones médicas: presencia de un síntoma o afección médica cuya aparición, desarrollo exacerbación o evolución se ve afectada por factores psicológicos.