Sintomatología postraumática
Es importante realizar una valoración global de la situación, la persona y sus características particulares para poder tratar eficazmente la secuelas del trauma.
En un porcentaje muy elevado de los casos la sintomatología postraumática conlleva sintomatología disociativa.
La disociación se produce cuando se «parcela» o divide de forma involuntaria, una parte o la totalidad de la información relativa al trauma. Esta información queda almacenada, en forma de emociones, pensamientos, sensaciones físicas o comportamientos, en lugares de la mente “separados” a los que la persona puede tener más o menos acceso en función de las circunstancias.
La disociación se produce para hacer más soportable el acontecimiento traumático. Es un mecanismo de supervivencia, adaptativo e involuntario que ayuda a la persona a soportar el trauma y a seguir adelante con la vida tras él. Sin embargo, cuando este mecanismo se mantiene en el tiempo puede dificultar, e incluso impedir, la asimilación y superación de la experiencia.