¿Por qué trabajar el trauma en terapia?
Algunas terapias psicológicas se centran en la idea de trabajar exclusivamente con los síntomas que la persona tiene en el momento presente. La lógica de trabajar de esta manera tiene que ver con considerar que el pasado ya pasó, que no podemos volver atrás para cambiarlo y que lo único que podemos modificar es el presente y con ello el futuro.
Efectivamente es así. No podemos cambiar el pasado. Y cuando en la historia de la persona no hay eventos traumáticos significativos relacionados con las dificultades actuales, puede tener sentido trabajar desde este enfoque en terapia.
Sin embargo, son muchas las ocasiones en las que los problemas que llevan a pedir ayuda psicológica tienen su origen en situaciones o experiencias que han ocurrido a lo largo de su historia de vida.
Las experiencias traumáticas son vivencias negativas que suponen un antes y un después en la vida de la persona. El trauma implica, para quien lo sufre, un cambio en el significado que da a su propia identidad, a su forma de ver el mundo y a las relaciones con los demás. Estas vivencias traumáticas pueden ser algo puntual, es decir, que ocurren sólo en un momento concreto, pueden ser algo que ocurre varias veces durante una etapa de la vida o algo repetido en el tiempo, aunque no sea intenso, pero que por repetición se acaba convirtiendo en algo dañino.
Por tanto, cuando el origen de los síntomas actuales es traumático, es importante incluir el trabajo con trauma en el proceso terapéutico, utilizando abordajes específicos para ello, como es el caso de la terapia EMDR.
Si no se tiene en cuenta este factor traumático y sólo se focaliza en mejorar la sintomatología del presente, la terapia puede acabar convirtiéndose en un bucle interminable en el que las dificultades mejoran temporalmente pero vuelven aparecer, porque el trauma que las originó sigue sin resolver.
Para poder plasmar mejor esta idea podemos recurrir a la metáfora del paciente que acude al médico porque tiene un fuerte dolor en un pie: Si el dolor se debe a que hace tiempo que lleva un zapato que le aprieta (esto representaría el trauma) y el médico no tiene en cuenta este punto, le dará, con la mejor intención de ayudarle, todo tipo de medicamentos para el dolor, le enseñará técnicas de relajación y distracción para fijarse menos en cuánto le duele y le enseñará cómo caminar de otra manera de modo que fuerce menos ese pie. Todos estos esfuerzos tendrán resultado, pues el dolor se sentirá menos y se llevará mejor, pero seguirá ahí. A este paciente le ayudaría mucho incluir en su tratamiento, junto con todos los otros procedimientos, el cambio de zapato por uno que no le apriete (esto representaría el trabajo con trauma).
En el abordaje terapéutico EMDR se trabajan los orígenes traumáticos de los síntomas actuales para poder crear un cambio profundo y duradero en las personas.